Con la cama ordenada esperaba al cliente especial de muchas noches. Este era un hombre de cabellos ya canos con una impecable presencia que usaba el cuerpo de la mujer, pero que también llenaba su mente. Nada más entrar el hombre, ella se apresuró a darle un beso, eran ya muchos los miércoles que se veían y el ritual era casi idéntico.
Pero aquella tarde habría cambios inesperados.
El varón la saludo con la afabilidad acostumbrada, pero la rogó que se sentara en el tresillo que había en la suite. Ella sorprendida lo hizo y se preparo para escuchar alguna petición de servicio no realizada anteriormente.
Hoy me gustaría hacer algo distinto, hablar, conocernos más y quizá acordar no volver a vernos más.
Atónita le escuchaba, no dando crédito a lo que estaba oyendo, pero quería pensar que sería sincero. Pasaban los minutos pero ella esta vez sentía a la persona con la que había soñado, no estaba vendiendo su cuerpo, y lo que era mejor, se sentía inmensamente feliz.
En ese momento surgió la magia que solo el deseo entre un hombre y una mujer puede lograr.
Sin esfuerzo alguno se estaban desnudando, besándose frenéticamente cayeron sobre la cama para unir sus pasiones.
Esta vez no era un cliente era algo especial, la persona que deseaba sin saberlo, pero de la que guardaba el recuerdo de todos los rincones de su cuerpo.
Le chupaba, le mordía, besaba regalándole toda su pasión. El no la usaba, ni pagaba, solo sabía amarla, hasta que ella sintió la sabia del ya su amante dentro de su ser.
Aquello terminaría simplemente abrazados y prometiéndose amor eterno.
efe
Bello canto al amor, que así transforma las urgencias del cuerpo. Buenos días.
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A veces encontramos nuestro destino si esperarlo o buscarlo.
Saludos.
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Me ha gustado, todas las mujeres tienen derecho a encontrar «un caballero», también las prostitutas, yo no lo soy y he encontrado un caballero asi. Bueno en todo.
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Creo que cualquier persona tiene derecho a encontrar la felicidad y no se debe denostar a nadie.
Gracias por comentar
Un abrazo.
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Que bonita historia. Todos sabemos a que van los hombres a ciertos lugares, pero siempre hay la curiosidad de saber si en alguna oportunidad ocurre algo más que sexo. Me hizo recordar al “Petit Prince” de Antoine de Saint Exupery, por aquello del “ritual”. No se que nombre ponerle a esa relación que cuentas, si es amor o no, pero lo que si puedo asegurar es que crearon un “lazo”. Muy bonito, me gusto.
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Por lo menos se regalaron respeto.
Un abrazo
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Hello Madrid..
Stockholm Calling..
Tack för dina beök och kommentarer i mina bloggar..
Önskar dig en härlig helg… Lots of hugs XXX Nicki
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Det är glädjande att besöka dina bloggar.
En kram.
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Gracias Efe por tus palabras en mi blog. A mi también me gusta leer tus trabajos, aunque no te lo digo. Intuyo tu caballerosidad, respeto y noble porte. Muchas gracias amigo. Te mando un fuerte abrazo. Julie
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Se advierte tu presencia por este modesto sitio y eso ya es un gran placer.
Un abrazo 🙂
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