Corriendo el tiempo.
Es curioso como el pasar del tiempo llena la vida de las personas, pero también las despersonaliza y entierra los acontecimientos ya pasados.
Olvidamos los dramas o sucesos con facilidad asombrosa, la prensa nos vende indignación o alegría a granel de cualquier tema que se pueda vender.
El jugador que es balón de oro el domingo, es noticia hoy, para olvidarle mañana, a no ser que alguien decida volverlo a contar, eso sí por motivo de posibles beneficios. Igualmente con los delitos, o con los dramas sociales.
Podemos afligirnos con el problema de los refugiados por ejemplo y mañana entender que la solución ha llegado, es decir nos convencen de que han logrado distribuirlos mejor, pero eso si en los sitios previamente convenidos y claro también a cambio de dinero.
La sociedad tiende a blindar a sus clientes, es decir a los ciudadanos, de toda pena, suministrándoles alegrías o soluciones milagrosas a sus problemas, a través de cualquier tabloide o canal populachero.
Así se puede encontrar que nos cuentan unos asuntos que están hechos a medida de la conveniencia de algunos, porque son algunos siempre los interesados´
Es curioso cómo hemos advertido esta Semana Santa no ya los establecimientos turísticos repletos por ese turismo, del que tanto nos hace falta su dinero, sino por los atascos de nuestras carreteras corriendo a ese bien merecido descanso, sin pensar quizá nada constructivo.
Eso si, los salva patrias de turno también han marchado a descansar y se han olvidado que estamos sin gobierno que echarnos a la boca.
Así es la vida.