Photo credit: Toni Martín via Foter.com / CC BY-ND
Las mujeres del Marino.
En puerto seguro vivía el viejo Marino, allí compartía ilusiones y envejecía al compás de los vientos, con su mujer llamémosla A.
Esta de su compañía disfrutaba y sobre todo un gran amor le prodigaba. Conocía sus amores en cada puerto. Pero también entendía, que así el amor él sentía.
En otro puerto más allá de donde sale el sol, el viejo Marino, se prodigaba con la Señora B. Esta era una bella dama que no en lozanía ni carácter a la Señora A envidiaba. Y su cariño y afecto le daba.
El pícaro Marino se dejaba amar, y la Señora B misivas le enviaba. Se prodigaban el diario querer pero pronto volvía a navegar hacia el Norte, para a la señora C su amor entregar. Quizá a la que más quería , pero también con la que compartía el querer más imposible. Lucía el sol, reían eran felices, hasta que su barco enfilaba la proa hacia el sur. Allí le esperaba la Señora D.
Su larga cabellera rubia fascinaba al viejo Marinero, este la sonreía y su cariño la entregaba.
Truhan abandonada me tienes, con tus amores en cada puerto, Prodigas tu cariño en otros mares y siempre soy la última en amarte.
Airada esta protestaba.
El viejo y sinvergüenza Marino, la miraba anhelado y la respondía.
Sabes que mi corazón está repartido.
Ella le escuchaba y marchar le dejaba.
Un día cuatro mujeres desoladas en cuatro puertos lejanos, lloraban la pérdida de un Marino desvergonzado. El océano le había llamado y el Marino en las profundas aguas se había ahogado.
Quizá la moraleja es que sabía fabricar amor, a diestro y siniestro y de esa forma lo repartía. Así era y así le querían.
Pero el dios justo. Su egoísmo castigaría y allí en el fondo de los mares su amor quedaría.
efe.
El amor es libre. Él si lo entendía. Casi nadie lo entiende así porque cuando amamos queremos poseer….y yo la primera, porque así es como nos lo han enseñado.
Saludos
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Es una vieja idea eso de un amor en cada Puerto.
Un saludo.
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Marineros de agua dulce y marineros de ciudad. Siempre los ha habido y siempre los habrá. No creo en su generosidad, más bien en su egoísmo y miedo a la soledad.
Un abrazo
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Creo que la teoría es distinta a la practica.
Tener tanta marcha es contraproducente.
Un abrazo.
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muy divertida la historia. Sí el amor es libre pero pobres las que esperaban. Un abrazo
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Así es, no creo en tanta libertad tampoco.
Un abrazo.
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Efe soy un digno admirador de la mujer y sobrevaloro todas sus virtudes. Elogio y reconozco los sacrificios adoptados.
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Yo también opino igual.
creo que el sacrificio debe ser mutuo.
Un abrazo
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Pero de todos modos les amaba y les regalaba las gotitas de felicidad.
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Visto así es hasta una historia loable.
Un abrazo.
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Qué lindo
Enviado desde mi iPhone
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Gracias Gloria por tus palabras.
Un abrazo.
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El problema no era él, eran ellas que se dejaban… Efe, yo soy muy celosa y no comparto… Jajaja
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Creo que los celos son también necesarios a veces pero en su justa medida.
Un besote.
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No sé cuán celosa puedo ser, pero no comparto…Jajajaj
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Has plasmado de una manera sencilla la vieja leyenda del marino y sus amores en cada puerto.
Un abrazo y feliz semana.
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Si es verdad me inspire en ella.
Un abrazo.
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Una historia preciosa, soy una amante del mar y del agua dulce también
Besos
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Un beso Carmen.
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