Ausencia.
Después de un corto viaje por tierras de Castilla y León, me traigo un sabor de boca dulce y triste a la vez.
La inmensa belleza de sus parajes, la Peña de Francia presidiendo el valle a sus pies y mirando a pueblos llenos de paz y belleza. Es un Santuario lleno de misterio que ha llegado a nuestros tiempos.
Salamanca y el reír alegre de sus estudiantes, me dejaron un optimismo diferente, allí confluye el patrimonio humano de toda la región y del que más tarde disfrutará todo nuestro país.
Por eso no entiendo de naciones dentro de España, no comprendo el fanatismo y la guerra de banderas, no entiendo a veces a nuestro país.
Pero duele dentro, como los pueblos de nuestra España se han vaciado, para quizá los fines de semana abrirse al mundo, impulsados por algunos o algunas valientes, que se niegan a perder a su pueblo.
La paz es sorprendente, monasterios y conventos enseñan su tesoro cultural y artístico, el maestro ruega a dios, que al año que viene sus seis alumnos sigan siendo niños. Los mayores se quedan a guardar el castillo, y los jóvenes emigrantes vuelven a ser ellos mismos cuando pueden.
Es una ley inexorable, la dureza del entorno no ofrece muchas oportunidades, pero desde luego guarda una riqueza aprovechable para algunos emprendedores, que están dispuestos a conservar sus pueblos. Creo que ahí es donde debería haber unión, donde se deberían juntar las banderas y donde debería fabricarse la prosperidad.
Pero eso es un deseo de un viejo soñador.
efe.
¡Cuánta razón tienes, Efe!. Pero la gente se ha ido porque no tenía porvenir, porque todos se iban o vete tu a saber. Una pena. Un abrazo.
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Así es, me contaban que los jóvenes llegan muchos incluso a la Universidad, porque Castilla aunque dura hay prosperidad, pero claro luego el redito intelectual no vuelve allí de nuevo.
Un beso 🙂
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Lo que cuentas es parecido a lo que pasa en mi isla. Los jóvenes de educan allí porque las carreras son más económicas que en todos los Estados Unidos y las universidades están acreditadas. Cuando terminan se van. Le llaman fuga de profesionales. Y la isla se va quedando desierta. Han cerrado alas completas de hospitales porque no hay suficientes enfermos. Los médicos que quedan no dan abasto para la población. Un desmadre. Es cierto que hasta los pueblos nacen, crecen y mueren. Hermosa reflexión.
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El problema es que las oportunidades de trabajo son nulas en muchos casos y que nuestro sistema de educación no prima la formación profesional, por lo que los emprendedores no están favorecidos.
Gracias Amiga por tu comentario.
Un abrazo.
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Así es. Es triste que ya no se pueda seguir la vocación y que haya que ajustarse a las necesidades del sistema.
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Me adhiero a ese lamento, a esa súplica, a ese rezo, amigo efe. Nuestros pueblos ofrecen algo que no hemos sabido hacerles comprender a nuestros jóvenes acostumbrados a la comodidad, al mundo digital y a una vida sin demasiado esfuerzo. TYo me quedaría con esa vieja frase sobre lo que tienen los pueblos que no tiene otra cosa de nuestro mundo: Sabor a pueblo, a olleta a leña quemada …
Un abrazo, amigo, y feliz fin de semana
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No están motivados y encima no hay oportunidades de trabajo, pero eso es por la desidia de los políticos y los malos planes de educación.
En fin me imagino que todo volverá a ser igual con el tiempo.
Un abrazo.
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Hay un tesoro inmenso en todos esos rincones, como bien dices, y no lo sabemos apreciar.
Un abrazo.
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Así es Amigo. Ojalá que los que vienen detrás lo sepan apreciar.
Un abrazo.
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Me alegra que te gustara mi tierra Y como no la sierra. Vivo en una ciudad increíble llena de gente nueva y rincones ocultos que solo con ojos y mente abierta a la imaginación se encuentran. Un besazo
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Pues me encantó esa comarca y sus montañas así como sus gastronomía contundente y exquisita.
Un abrazo Amiga
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