¡Viva el domingo!


¡Viva el domingo!2

Otra mañana de un domingo, no sé si de invierno, otoño o primavera. La típica frase. El tiempo está loco, es ya casi cierta.
El despertar para un servidor es temprano, todavía en pijama me siento en mi escritorio a leer, o a hacer algo parecido como es escribir. Mi Dueña hace como que duerme, víctima de su perezoso despertar y la fiel Zula hace también lo propio en su colchón, lo demás son ya habitaciones vacías en una casa ya grande para dos locos casi jóvenes.
Los hijos se independizaron para bien y mi Dueña dice que eso nos hace viejos. Yo lo corroboro dado la edad de emancipación forzada de los jóvenes en nuestro país.
Al fin no sin la algarabía correspondiente vienen Mi Dueña, seguida de zula, por este orden a sacarme de mi natural hábitat y hacerme beber el primer café de la mañana.
Después nos informamos de los planes mañaneros. Mi Dueña informa que tiene hoy guardia en el hospital, Zula reclama su diario hueso y se larga a tomar el tibio sol del la mañana. Un servidor se larga a comprar pan con la escusa de andar algo, eso sí, con el compromiso de que le toca cocina.
Cosa que gracias a estos blogueros maravillosos que nos rodean me están haciendo progresar, otros conocimientos en estas artes proceden de mi santa Madre, que junto con algunas enseñanzas de mi cosecha propia son el equipaje de este modesto cocinero.
Después los dimes y diretes, nos acompañan tomando el vermut, hoy en el jardín gracias a este sol de los alrededores de este nuestro Madrid.
Mañana más…

Un feliz domingo a todos.

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Paisaje urbano.


Paisaje urbano.

A veces gusto de caminar por las calles de este mi Madrid y curiosamente observo que aún en día de diario, hay un ambiente delicioso, pero quizá en muchas ocasiones triste.6.jpg
Sentado En una terraza en el barrio de los Austrias, de esas en las que la patina del tiempo, disfraza su intemporalidad, intento disfrutar del pasar de la gente.
Observo como Las Amas de casa buscan la solución a la intendencia, camino del mercado del barrio. También al agente de policía municipal, antes llamado guardia urbano, y en mi niñez cariñosamente guardia de la porra o del pito se afana en cumplir con su cometido. Los antiguos recaderos convertidos en señores repartidores que dejan las mercancías a cada uno en su sitio, mientras los hosteleros de hoy día, llamados ayer taberneros o camareros se afanan en servir las mesas.
Pero ya no se advierte la alegría, la proximidad de las personas, todo el mundo está organizado matemáticamente. El aparcamiento, el trabajo, después quizá la comida, casi siempre frugal y rápida, para emprender después la huida también rápida del trabajo a su casa.
En los rostros de muchos ya no luce el color de antaño, el progreso ha acabado con las sonrisas de las personas, la broma se convierte en agravio. Y para con suma facilidad acabar siendo víctima del último enemigo del hombre. El teléfono móvil.
La esclavitud de la rutina del siglo veintiuno es terrible, arrancar la sonrisa ajena empieza a ser hasta difícil a los buenos cómicos y después la política enreda aún más nuestra azarosa vida.
Por eso yo a veces, que por cierto victima también de la endiablada tecnología, me siento en un lugar modesto sencillo, pero que esté dentro del meollo de la gente, para pintar de colores mi alma y sentir el latir de los viandantes.

Efe.

Photo credit: M.Peinado via Foter.com / CC BY-NC

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La necesidad de ser feliz.


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A veces no son necesarias muchas cosas para ser tremendamente feliz, simplemente con la conformidad y los buenos deseos se va caminando, pero la sociedad en que vivimos nos fuerza al desastre, quizá domestico. Pero este nos colma de frustración.
Solo el tiempo nos enseña a tener lo necesario, nos dota de la calma para ver las cosas bajo otro prisma, a empezar a entender al Prójimo. No obstante pienso que también se necesita ser objetivo, las cosas materiales son imprescindibles en casi todas las ocasiones pero eso sí en su justa medida.
Luego también el haber llegado al convencimiento de que te rodean las personas justas, las que de verdad te quieren. A lo largo del camino basamos nuestra actividad, sobre todo la profesional en nuestra agenda de contactos. De ahí que dice el refrán.
Hay que tener amigos hasta en el infierno.
Después de un buen trecho andado, me he dado cuenta que coleccionar, Amigos o más bien contactos, es un poco latoso. Valga la palabrita para decir que es hasta complicado. La felicidad según mi modesto punto de vista está en cualquier cosa, quizá en hacer cosas que en tiempos más ajetreados, como cuando se es muy joven no había tiempo de realizar.
Luego el antídoto de la amistad y el cariño son un gran complemento para ser feliz, eso si haciendo felices a los demás, siempre acompañados de la sonrisa fácil.

efe.

Photo credit: aguayoki / Foter.com / CC BY-NC-SA

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Juventud divino tesoro.


201007Photo credit: Catalina C. Zúñiga / Foter.com / CC BY-NC

Juventud divino tesoro.

La vejez precede a la madurez inexorablemente, pero creo que la juventud puede residir en la mente, pudiendo hacer que el individuo viva feliz, casi hasta la muerte.
Veo a veces como hay personas que desvirtúan su personalidad física, mediante una cirugía feroz, terminando en convertirse en unos muñecos parlantes, prácticamente sin expresión alguna en su rostro además de tener su figura falseada.
Cuando la cabeza funciona con un grado de cordura lógico, el hombre puede regular su vida, cuidarse mediante el deporte adecuado a su salud, divertirse y hasta manejar su sexualidad.
A menudo oigo como algunos barones con una cierta edad, se desesperan porque parece que se quedan cortos cuando ejercitan el noble arte de la cama.
Entonces van corriendo al Doctor que les receta tranquilidad y una pastillita. Entiendo que las personas a medida de que avanza su edad pueden disfrutar sintiendo el placer deseado, pero adecuándolo a su estado en cada momento.
Por eso las cremas y aceites así como toda clases de artilugios para el disfrute puede ser una ayuda, además de la del facultativo especializado que puede resolver muchos problemas. Además incluso la experiencia puede hacer que el disfrute sea muy satisfactorio.
Luego la cirugía a mi parecer es un medio que bien aconsejado puede hacernos a todos más seguros y felices, y porque no. Vernos todos mas guapos y ellas más hermosas.

efe.

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El mismo mar de todos los veranos.


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El sol veraniego ya se vislumbra en el horizonte y el dorado de la playa mediterránea de todos los veranos ya llama a nuestra puerta. Hasta Zula presagia nuestra salida y estira las orejas intuyendo que ella no participa del evento, pero es necesario que se quede en casa con el resto de la familia.
La Luna del Paraíso se viste de plata haciendo que las noches sean algo especial. Pasear por la playa, o compartir una copa con los amigos a la orilla del mar es para nosotros un fascinante relax que colma nuestro tiempo de felicidad. La lectura en la hora de siesta es algo que me llena, olvidando la rutina diaria, al tiempo que el cuerpo adquiere el dorado de todos los veranos y nuestra alma se llena de paz.
En fin nos leemos después de los próximos  días.

Un abrazo.

efe.

Photo credit: ikoronas / Foter / CC BY-NC-SA

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