Ausencia.


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Ausencia.

Después de un corto viaje por tierras de Castilla y León, me traigo un sabor de boca dulce y triste a la vez.
La inmensa belleza de sus parajes, la Peña de Francia presidiendo el valle a sus pies y mirando a pueblos llenos de paz y belleza. Es un  Santuario lleno de misterio que ha llegado a nuestros tiempos.
Salamanca y el reír alegre de sus estudiantes, me dejaron un optimismo diferente, allí confluye el patrimonio humano de toda la región y del que más tarde disfrutará todo nuestro país.
Por eso no entiendo de naciones dentro de España, no comprendo el fanatismo y la guerra de banderas, no entiendo a veces a nuestro país.
Pero duele dentro, como los pueblos de nuestra España se han vaciado, para quizá los fines de semana abrirse al mundo, impulsados por algunos o algunas valientes, que se niegan a perder a su pueblo.
La paz es sorprendente, monasterios y conventos enseñan su tesoro cultural y artístico, el maestro ruega a dios, que al año que viene sus seis alumnos sigan siendo niños. Los mayores se quedan a guardar el castillo, y los jóvenes emigrantes vuelven a ser ellos mismos cuando pueden.
Es una ley inexorable, la dureza del entorno no ofrece muchas oportunidades, pero desde luego guarda una riqueza aprovechable para algunos emprendedores, que están dispuestos a conservar sus pueblos. Creo que ahí es donde debería haber unión, donde se deberían juntar las banderas y donde debería fabricarse la prosperidad.
Pero eso es un deseo de un viejo soñador.

efe.firma año

Vacaciones.


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 Photo credit: marycarmenm via Foter.com / CC BY

Vacaciones.

Con las maletas hechas y casi cerrándolas,  Mientras Zula espera que la recoja mi hija, nos disponemos a cargar las pilas.
Salimos unos días de vacaciones, subiremos hacia tierras del Norte y allí pasaremos los próximas jornadas. Volveremos llenos de primavera y buenos recuerdos.

Hasta la vuelta Amigos.firma año

Cerca del Mar


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Cerca del Mar.

Unas mini vacaciones nos han llevado a ese mar azul de nuestra costa levantina. En la Ciudad de Valencia donde la magia del fuego unida a la belleza de sus gentes, logran ese ambiente cálido que juega con la luz del mar.
Junto a mi Dueña disfrutando de esa tierra que nos gusta tanto, hemos cargado las pilas para otra temporadita, que si no nos  ocurre nada adverso. Será en breve.
Andando por nuestro País, piensas en lo que de verdad tenemos, que es algo diferente a otros sitios, y aprendes a valorar que somos gente afortunada. Nuestra gastronomía añadida a nuestro especial clima hace que nunca te falte algo.
Desgraciadamente a veces nos empeñamos en pelearnos dialécticamente, se entiende. Alejándonos de algo especial que es.
Ser diferentes.
Un saludo.

efe.firma