La masajista.
Había llegado a la ciudad desde un pueblo recóndito de nuestra España, la impotencia para ganar dinero con el que mantener a su familia la había llevado a realizar algo muy ortodoxo para ella y menos para sus allegados. Había conseguido trabajar en una sauna como mitad masajista mitad conseguidora de placer para ejecutivos y gente de posibles.
Aquella mañana salió al encuentro de un cliente madrugador estaba sola con la recepcionista, cuando recibió al cliente imaginó que al no poder tener la opción de elegir a otra señorita, no contrataría el servicio. Pero la suerte o lo que es mejor en este caso, es que el cliente desayunaba en la misma cafetería que ella todos los días.
La primera impresión cuando se vieron fue impactante, pero la profesionalidad de ella neutralizó el encuentro.
Ya en la habitación el cliente desnudo en la bañera de hidromasaje, recibió a la joven.
¿Hola cómo estás? Me llamo Diana.
¿Y tú cómo te llamas?
Juan.
Genial. Se acercó a la bañera, comprobó la temperatura del agua y le pidió permiso para compartirla.
Encantado.
Diana se desnudó mostrando un cuerpo de ensueño, acercó a la bañera dos copas de cava, y se dispuso a realizar su trabajo.
Diana le masajeaba la espalda logrando que se sintiera relajado, comenzaron a charlar hasta que la masajista le anunció que el tiempo pasaba y la podían llamar la atención.
Salieron de la bañera yendo directamente a la camilla. Diana esperó a la reacción de Juan, este la contemplaba impasible sin voluntad, nada más que con un deseo inmediato. La manos de Diana trabajaban con precisión, sentía que Juan estaba a gusto, a ella no le desagradaba.
El miembro de Juan pedía guerra, ella acercó su boca al pene del hombre hasta que sus labios lo envolvieron. El final llegaba para Juan, Diana deseaba disfrutar con él. Juan se incorporó la besó con cierta dulzura y salto de la camilla., La cogió de la mano y casi la ordenó.
Tú te vienes conmigo.
Luego fue otra historia llena de magia y pasión.
efe.
Photo credit: davidyuweb via Foter.com / CC BY-NC-ND
Que el trabajo pase a ser un placer deseado
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Eso es posible a veces, lo que pas en este caso es que encontraron la felicidad.
Feliz jueves. 🙂
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Feliz para ti tambien 😉
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Viendo el título «La masajista» y esa foto…podía intuir el tipo de masaje y el desenlace…»tú, te vienes conmigo» jajajjajajjajajja quizá fue el final de un tipo de necesidades y el comienzo de otras. Felicidades Efe. Buenos días.
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Gracias amiga por venir.
Un abrazo.
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Un placer Efe
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A tope Diana
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Además que si.
Saludos.
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Reblogueó esto en Los Reblogueos de etarragoy comentado:
Me encantan las historias de amor que acaban bien …
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Muchas gracias Enrique.
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Eres un genio, amigo efe. ¿Diana existe?
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Pues no.
Por lo menos la de esta historia.
UN abrazo.
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Promete?
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Gracias por venir.
Saludos.
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Bonita historia y bonito final.
Un abrazo.
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Gracias Amigo.
Feliz noche.
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«El miembro de Juan pedía guerra»… Me parece genial. Linda historia. Besos.
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Era la respuesta al buen hacer de la Masajista.
Un abrazo.
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