Señorita de compañía.


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Señorita de compañía

Otra dura noche de invierno, Eva mira a través de los cristales la torrencial lluvia, se incorpora y se mira en el espejo, su piel resiste el bronceado del pasado verano y su cuerpo esbelto traza una hermosa silueta, que hace que hasta el espejo exclame ¡Que hermosa eres!
Pero está triste, su corazón está vacío y su mente no le transmite emociones.
Se casó joven con el príncipe de sus sueños, pero pronto como un castillo de naipes su mundo se derrumbó. El galán apuesto con un porvenir esplendido se entregó a otros juegos y a la que le confió su corazón pronto la sumió en el olvido.
Se sumerge en la negrura de la noche cuando se resigna a pasar otra jornada de soledad. Suena el teléfono.
Ring, ring….
El grotesco sonido del timbre, es el único nexo que la relaciona con la vida en ese momento así que su mente la obliga a atenderlo.
Eres Lilí
¿Como dice?
Contesta ella sorprendida.
El interlocutor azorado contesta perdone me he confundido.
Entonces Eva inexplicablemente le contesta no.
No se ha confundido.
Que desea.
Buscaba una señorita para que me hiciese compañía, pero no estoy seguro que sea este su número.
No se preocupe.
¿En qué hotel está?
En veinte minutos le veo. Acto seguido cuelga.
Conduce rápido pero serena llega al hotel y decidida se dirige al ascensor para subir a la habitación de su inesperado cliente.
Sus ropas son elegantes como corresponden a una Señora, esto bastará para que resulte una mujer bandera.
Toca en la puerta y un hombre de mediana edad la recibe, se dan un cordial beso y pasan al interior.
Le mira y con rapidez de reflejos comienza a desnudarse. Sus moldeados pechos se contienen en un sostén de encaje que combina con un tanga que insinúa demasiado.
Más el hombre termina admirando unas largas piernas desnudas que le llevaran a un viaje de placer eterno. Por otra parte desbordado por la personal belleza de la mujer ya no es dueño de sí mismo y teme no estar esplendido.
Entonces decide que su juguete será el. Así que decidida le increpa.
¡Desnúdate¡
El se quita la bata y descubre un cuerpo normal pero agradable, su atributos son correctos y desde luego el deseo es palpable.
Hay comenzarán lo que será su gran noche.
Consume el cuerpo del hombre con deseo contenido, lame su pene con avaricia y él se deleita recorriendo el cuerpo de ella bebiendo sus fluidos.
Llegan a un maravilloso orgasmo lleno de placer y lujuria en el que participan al mismo tiempo, exhaustos pero gozosos, en la ducha se besan, sus cuerpos vuelven a formar un todo, la penetra y entra de nuevo en ella, entregándose a un largo orgasmo.
Después ella le susurra.
Me destrozas pero te deseo…
Pasa el tiempo y muchas noches ya no está sola, pero cuando espera, sueña con el hombre que iluminó sus sueños.
Efe.firma año

La terapeuta.


La Terapeuta

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La terapeuta.

Es la historia de dos personas que jugaron al escondite, con la felicidad, pero que siempre fueron honestos con ellos mismos y con los demás.

Empezó como el artículo del día, continuó en algunos capítulos más y acabó en una novela corta.
La terapeuta es una novela que ha fluido sola, cada párrafo lo he podido ensamblar con naturalidad, sin grandes esfuerzos.
No hace alarde de ser una obra extensa. Creo que quizá no podían ocurrir más cosas, entre los protagonistas que lucharon contra la adversidad, buscando su deseada felicidad. Pero si he intentado que rezumasen sinceridad y frescura.
He introducido matices que creo que están ocurriendo en el tiempo que vivimos. Aunque los personajes nadan en la completa ficción. Diré aquello. De que cualquier parecido con la realidad, es pura casualidad.
Como siempre los agradecimientos para mi compañera que ha tenido que sufrir bastante de mi ausencia mientras la escribía, pero que al fin gracias a su comprensión la terapeuta ha llegado al final.
También mi agradecimiento, a todos los que me habéis animado a escribirla, ya que ha sido un gran aliciente para este que les escribe, y porque quizá sin el apoyo de todos vosotros no hubiese sido posible.
En cuanto a la portada la he basado en una imagen personal, que creo que anuncia el esperado erotismo que he querido imprimir en la terapeuta.
Pienso que el amor, la intriga y el sexo, son los grandes ingredientes de esta novela, que espero que por lo menos, les agrade a todos.

Efe.firma año

Los Amigos.


Los Amigos.

Eran amigos desde casi siempre, Vivían dentro de la sociedad que les había tocado con completa libertad, manteniendo su sincera amistad a pie de obra.4
Ambos habían intentado enamorarse de mujeres buenas, pero siempre se rompían sus relaciones.
Algo no entendían dentro de ellos, su carácter abierto, amable y sincero les procuraba sentimentalmente un buen vivir con las féminas a las que se acercaban, pero su yo interno les separaba una y otra vez.
En este caminar buscando algo distinto apareció ella. Psicóloga, bonita y además genial.
Conoció a Alberto, este la presentó a Juan, y el puzle estaba completo. Pero Sonia buscaba el yo de Alberto, sentía que se enamoraba de él, pero que se le pasaba el tiempo
Así que se planteó no tirar la toalla, entendía que su prometido debía hallar la felicidad. Además no se la pasaba por la cabeza quedarse con el Pack. Osea con los dos.
Por lo que un día los reunió a ambos,  no podían sospechar nada distinto, ya que muchos días la velada era entre los tres.
Ya en la mesa ella sacó un tarjetón y con una picara sonrisa les comentó.
Chicos os hago un regalo y les extendió un sobre. Y lo debéis aceptar por mi amistad y también por mi felicidad al encontraros bien.
Alberto abrió el sobre leyó el contenido y se lo pasó a Juan.
Fueron unos segundos de incertidumbre hasta, que ambos se dieran un beso, antes de emprender su primer viaje juntos.

Photo Credit: Pancho S via Compfight cc

Efe.firma año

La terapeuta.


La terapeuta. Capítulo X

El chófer no llegó a la terminal donde aterrizaría el avión privado del mafioso, antes el mercedes negro fue interceptado y aparcado fuera del hangar de la pista de aterrizaje y Arturo el chófer, detenido y llevado a la comisaría. Más tarde sería puesto en libertad por falta de pruebas, pero de momento el inspector le haría la advertencia de que no le iban a ir las cosas bien.
Ya en el aeropuerto Lucas  estacionó su coche en el aparcamiento. Antonio los recibió en la terminal y con prisa les llevó hasta las puertas que daban al acceso a la pistas y allí en un coche policial, precedido de otros dos con los rotativos encendidos, divisaron al avión privado, que en ese momento aterrizaba.

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La azafata abrió la puerta y bajo la escalerilla, en ese momento vieron a Luis, que sorprendido bajaba por la pasarela. Era un hombre de complexión atlética, con buen porte, vestía casual como correspondía a la ocasión. Detrás bajaba la niñera, con un bebé en brazos. Era una niña preciosa, rubia como corrrespondía a los genes heredados de unos padres guapos.
Silvia intento bajar del coche, pero Antonio la indicó.
No lo hagas hasta que le hayamos detenido.
Entre gritos y amenazas fue esposado y leído sus derechos. Después solo acertó a amenazar a su pareja cuando la vio corriendo hacia Lucia su hija.
Zorra te mataré.
Quizá, sería el último insulto o amenaza de palabra que ella escucharía.
Antonio los devolvió al aparcamiento en donde estaba el coche de Lucas, Se acomodó Silvia en el asiento trasero y lucía en una silla de bebé, dispuesta para ella, la niñera subió en el asiento del copiloto, partiendo el coche al domicilio conyugal. Lucas convino con Antonio que se verían en la comisaría después.
Silvia se comía a besos a su hija, devolviéndole la pequeña los arrumacos entre risas. Hoy era feliz. Llegaron a casa, la niñera subió a la niña ahora llorando, esta vez porque quería seguir en brazos de su madre. Silvia colgada al cuello de Lucas solo era capaz de besarle y darle las gracias por su amor.
Bueno debes ir a dormir un rato, las próximas horas serán muy duras. Casi le ordenó a Silvia.
Lucas arrancó con premura disponiéndose a ir a la comisaría.
Por el camino pensó como abordaría el caso, por eso por la tarde se reuniría con María su socia. Dentro ya de la comisaría paso al despacho de Antonio, este se levantó y afablemente le dijo. Bueno ya está en el calabozo ese cabrón.
¿Quieres un café malo? Le ofreció echándose a reír.
Mi imagino que no me puedes ofrecer algo mejor. Le respondió Lucas jocosamente.
Estamos esperando al abogado del detenido.
¿Sabes su nombre? Si es Juan de la Osa.
Joder es el mejor penalista del País, comento Lucas.
Muy amigo además de María, tu socia.
¿Por cierto no te gusta verdad? Le preguntó Lucas con bastante interés.
Evidentemente no tengo nada contra ella, pero veo algo en ella raro.
Le respondió El inspector.
Lucas se había independizado a nivel profesional de su familia, y en mitad del proyecto alguien le presentó a María.
Esta era una mujer ya madura, todavía guapa, que destilaba clase por donde anduviese, además era un abogado criminalista de mucho prestigio, por lo que en este caso le podría aconsejar.
Se había reunido por la mañana con ella y aunque no le pareció muy interesada le escuchó.
Ella solo llevaba asuntos muy complejos, era una condición que le impuso, otra era, que dado que manejaba múltiples negocios no podía dedicar más tiempo al bufete y eso también era una condición incuestionable. Pero es cierto que a Lucas le supuso la llave para independizarse y lo que es mejor empezar a ser un letrado importante. Le escuchó para resolver la cuestión con premura.
Ya que vas a llevar la acusación particular, debes trazar un plan, preséntame el boceto de tu actuación y lo examinamos. En cuanto al divorcio supongo que no tendrás en tu caso ningún problema para llevarlo a buen término.
Pronto llegó Juan de la Osa. Antonio lo recibió sin siquiera ofrecerle el maldito café, eso lo reservaba para los Amigos. Este era un hombre ya entrado en años, su elegante porte avanzaba su posición dominante entre los dos hombres, que se esperaban lo peor, que se pudiera escuchar.
Se presentó y con su acostumbrada arrogancia solicitó el informe de acusación a su defendido, leyéndolo con enorme pericia, levantó la vista por encima de sus lentes montadas en oro. Para decirles.
Con esto mi representado saldrá de la cárcel en dos días.
Antonio le miró con la estudiada astucia, de alguien que se mueve en la calle.
Esto es prácticamente la denuncia que el letrado que representa a la esposa de su representado ha puesto, por lo que él Sr Juez lo ha declarado en busca y captura. Después Un servidor aportará una batería de acusaciones de delitos probados al fiscal, que ahora no estoy en condiciones de anunciarle, El letrado dirigiéndose esta vez a Lucas, como posible negociador. Le espetó.
Observo que se personará Usted como acusación particular en la causa, además de tramitar la solicitud del divorcio contra mi cliente
Muy bien. Le ofrezco que retire la denuncia en este momento y a cambio obtendrá la custodia de la niña para su cliente, además de un divorcio que las deje en una buena posición social y económica.
Lucas se topó con la mirada de súplica de Antonio, que temía que el sinvergüenza de Luís se saliera una vez más con la suya, gracias a su poder económico e incluso político.
Pero el joven abogado no se rindió.
Perdone, los tratos los hará Usted en el juzgado, no retiraremos la denuncia, sino que ejerceré la acusación particular con todo el rigor necesario, para que su representado de una vez por todas de con sus huesos en la cárcel.
El letrado entonces con la calma suficiente, se refirió a ambos.
Mi cliente se declara inocente, como ha manifestado en el interrogatorio.
Nos veremos muy pronto. Y sin más explicaciones se marchó dejándoles boquiabiertos.
Ambos coincidieron que era la técnica acostumbrada por Juan de la Osa, para hacerles pensar que tenía un plan B.
Se despidieron y cada uno se dispuso a cumplir con sus obligaciones diarias.
Lucas volvió a pasar por su casa, se duchó y cambio de ropa, no tenía ninguna reunión importante ni debía acudir al Juzgado. Así que pensó que podría trabajar en el tema de la reunión con María, además de cómo iba a plantear el asunto de la solicitud del divorcio de Silvia.
Después la llamó quedando para tomar algo en su apartamento a la hora del almuerzo. Silvia le sugirió hacer ella algo para comer, lo que a él le pareció genial, conviniendo que se verían al mediodía.
Dejaría a Lucía en la guardería y luego se encargaría de ella. Eva la niñera

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La terapeuta.


Capítulo IX

Madrugaron lo suficiente para hacer las gestiones pertinentes ante el Sr Juez.
Silvia se vistió con la misma ropa que el día anterior, había lavado sus braguitas y el sujetador la noche que llego al apartamento de Lucas. La ausencia de maquillaje era idónea para darla un aspecto más creíble ante el juez, dado que su aspecto ahora, era peor que el del día anterior. 1
Lucas se había citado de nuevo con Antonio el Inspector amigo, que había tramitado la denuncia. Antonio era el marido de Carlota, este era un hombre pausado, quizá no muy atractivo, pero muy activo, además de inteligente.
Paradójicamente la amistad con ellos no se había deteriorado, a pesar de la desilusión que sufrió cuando se casaron. Pero coincidencias del destino, ahora Antonio tendría que ver bastante en la vida de Silvia y Lucas.
Ya en el Juzgado les saludo alegremente.
Hola pareja.
Silvia le dio un beso, y Lucas le estrechó la mano con un ademán de agradecimiento, ya que gracias a sus gestiones todo iba a mil por hora.
Abrió una carpeta de cartulina de dónde sacó unos folios, que le entregó al joven abogado.
Es una copia del informe de la denuncia que le hemos pasado al Sr Juez, esperó que dada la urgencia del suceso, dicte la orden de alejamiento para este individuo, además de medidas cautelares, por lo que probablemente pasará a disposición judicial.
En cuanto aterrice en el aeropuerto le entregaremos la orden, al tiempo que le retendremos lo suficiente, hasta que lleguéis vosotros y recojáis a Lucia. La hija de Silvia. Después permanecerá en la comisaría, máximo setenta y dos horas, le acusaremos de un caso tipificado como violencia de género con resultado de lesiones, además de intento de secuestro de una menor, ya que se ausentó del país sin expreso consentimiento del otro cónyuge.
Entre tanto Lucas, tu sabes lo que debe hacer Silvia en los próximos días.
Por cierto Silvia andamos tras tu marido, por sospecha de tráfico de armas hasta quizá de drogas y otras cosas más graves, pero es lo bastante listo para que se nos escurra siempre, por lo que te ruego que me prestes atención, haber si nos puedes ayudar.
¿A que se dedicaba, con quien trataba?
Siempre me ha dicho que se dedica a la importación y exportación de todo tipo de productos, es quizá la justificación, del nivel de vida en el que se mueve, o nos movíamos. Lo demás no hay nada especial, además de ignorarme como persona, desaparecía durante días para irrumpir en mi vida y en la de mi hija cuando menos me lo esperaba.
He vivido en una jaula de oro, vigilada por un chofer siniestro, individuo de su completa confianza que le informa de todo lo que hago en su ausencia. En cuanto a las amistades, se movía con banqueros e incluso políticos, pero hay algo que me intriga. Más de una vez a pesar de sus celos, me hacía que estuviese guapa para alguno de nuestros invitados, yo al principio le ayudaba hasta que me negué en redondo, cosa que resolvió con algunas bofetadas.
¿Te agredió con la crueldad que lo ha hecho la última vez?
No. No pasaba de alguna bofetada, hasta el otro día que se quito el cinto y ya veis como me dejó, además de propinarme un puñetazo en la cara
¿Había algún testigo?
El chofer estaba en su habitación, la niñera estaba con la niña en el jardín, la cocinera y la asistenta no estaban, ya que era su día libre.
¿Declararía alguno como testigo?
La niñera le tiene pánico, el chofer es su esbirro por lo cual no se puede contar con él.
Bien de momento le intentaré retener en la comisaría el tiempo reglamentario, hasta que  lo pongamos a disposición judicial.
Que dicte prisión el juez es lo normal.
Pasados unos minutos, el juez les recibió y dictó la orden de alejamiento y posterior detención del individuo, así como la devolución temporal de su hija, a Silvia.
Lucas la acompañó a por su coche, mientras por el camino la indicaba el plan que debía seguir.
¿Tienes dinero?
Tengo una cuenta conjunta con él, que es de donde saco el dinero para el día a día, luego poseo mi casa de soltera alquilada, el importe del alquiler va a una cuenta que administro junto con la firma de mi Padre.
Chica lista.
Mañana con el poder que me has firmado llamaré a la Agencia de trabajo a donde pertenece el chofer. Vamos a ahorrar dinero a tu marido. El chofer será despedido al menos temporalmente, la niñera dado que cuida a tu hija con esmero permanecerá de momento con el resto del servicio.
Por cierto renueva tu vestuario, cambia tu coche, date una vida padre, este hijo de mala madre tardará poco tiempo en salir bajo fianza y supongo que querrá que su mujercita viva divinamente.
Silvia dándole un beso en los labios le preguntó.
¿De verdad tengo que separarme de ti?
Cariño tenemos que ser astutos, ten paciencia, este tipo será cazado esta noche. Por lo que precisamos que el  chofer, se crea que estás sola.
Adiós mi vida. Nos vemos para ir al aeropuerto.
Lucas por primera vez en mucho tiempo se sentía muy preocupado, pero al mismo tiempo sentía que la responsabilidad adquirida, le estaba convirtiendo en el hombre más feliz de la tierra. Su objetivo era hacer muy feliz a Silvia y a su hija.
Silvia entro en el palacete, la cocinera había dejado carne asada en el frigorífico, por lo que se dispuso a comer algo, pero primero llamó al chofer, este la miró casi con descaro, pero la preguntó con cortesía que deseaba.
¿Hola Arturo te ha confirmado el Señor su llegada?
Su avión tiene previsto el aterrizaje a las diez treinta.
¿Irás al aeropuerto a recogerle?
Si claro.
¿La asistenta se ha retirado a sus habitaciones?
Sí Señora.
Correcto les esperaré despierta.
Puedes retirarte.
Inmediatamente llamo a Lucas y le confirmó la llegada del mafioso.
Genial. Avisare a Antonio. Supongo que el chofer no llegará al hangar privado donde aterrizara el avión de Luís, será retenido antes. También me temo que tu marido irá un poco más incomodo de lo que acostumbra, eso si esta vez al calabozo.
A las diez y quince estaré enfrente de tu casa, no salgas hasta que estés segura de que se ha ido el chofer.
Un beso cariño.

Photo credit: The Stoic Art of Photography via Foter.com / CC BY-NC-SA

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La terapeuta.


Capítulo VIII

Lucas pasó la mañana del lunes en su despacho. Había llegado muy temprano para adelantar el trabajo y así no tener que ir por la tarde. Si después tenía tiempo iría al gimnasio.
Como siempre llegó pronto a la cita. El mes de mayo venía anunciando calor, por lo que era aconsejable comer dentro, bajo el cobijo del aire acondicionado. Mientras bebía con gusto una copa de vino blanco, esperando a la mujer de sus sueños. Silvia no se hizo esperar, vestida de una manera elegante pero desenfadada, con unos pantalones negros de entretiempo que iba a juego con una chaqueta de lino blanca. Estaba preciosa. Lucas advirtió la belleza en su tostado rostro diferente a como él la recordaba, su semblante parecía sereno, aunque el maquillaje era más acentuado que de costumbre, unas gafas enormes tapaban su mirada consiguiendo que pareciese distinta.
Hacía más de dos años que no se veían, pero la encontraba cambiada, por lo que inmediatamente el joven intuyó que la ocurría algo.
Hola.
¿Cómo estás? La interrogó Lucas, levantándose de la mesa.8
Bien.
Ha pasado el tiempo, pero para ti mejor.
Le piropeo Silvia.
Bueno mi truco es el trabajo, acompañado del deporte y porque no, seguido de algún éxito profesional.
¿Cómo te ha ido a ti?
Estoy criando a mi hija cuando puedo. Pero soy muy desgraciada.
Ahí se derrumbó y cayó en los brazos de Lucas que todavía desconcertado solo se avino a decir. Calma cielo. Cuéntamelo todo.
En estos momentos mi hija está con mi marido, los celos se han apoderado de él y los malos tratos son visibles en mi, en estos momentos estoy decidida a abandonarle, pero temo perder a lo que más quiero. Mi hija.
Quitándose las gafas mostró su pómulo amoratado.
¿Cuándo te ha pegado?
El día que te llamé cogió a la niña acompañado de la niñera y se marchó a alguna de sus residencias fuera de la ciudad, pero antes tuvimos una fuerte discusión, provocada por que había salido la noche anterior a cenar con unas amigas. Perdió los estribos cuando le dije que yo era libre de mantener una cierta amistad con ellas y ahí recibí un mar de insultos seguidos de algún puñetazo.
Lucas cogiéndola la mano con dulzura la comentó. Ahora cielo lo mejor es ir al juzgado, pasaremos por el forense y pondremos una denuncia por agresiones y mal trato.
Quizá sea algo duro para ti contar los pormenores pero te aliviará saber que lo que has hecho es lo correcto.
Más tarde me dirás que quieres pedir a tu marido en el divorcio.
¿Por cierto sabes cuándo regresará?
Me ha puesto un mensaje avisándome que llegará mañana a las diez treinta. Además de decirme que me adora, que por favor le perdone.
¿Qué piensas?
No puedo perdonarle, volverá a las andadas en cuanto menos me lo espere.
De acuerdo. No estás sola.
La comida pasó simplemente sin comer por parte de ambos.
Lucas hizo un par de llamadas desde su móvil y después le comentó el plan. Acabo de hablar con un inspector amigo mío, nos espera en el juzgado, firmas la denuncia por agresión y malos tratos y a continuación intentaremos hablar con el juez de guardia. Luego ya veremos los pasos a seguir.
De acuerdo.
¿Has venido en coche?
Si está en el aparcamiento.
Bueno ya lo recogeremos más tarde.
En unos minutos estaban en el juzgado, el forense examinó y certificó las lesiones y se pudieron marchar. Quedaba esperar la citación del Juez para obtener una orden de alejamiento de su marido y después recuperar a su hija. Pero eso se produciría al día siguiente.
Ya en el coche Silvia temblaba quizá de miedo. Lucas lo advirtió y con una voz segura casi la ordenó.
No estás en condiciones de irte a tu casa, lo harás mañana. Ahora recibirás el cuidado de alguien que te quiere.
Había ya anochecido cuando entraban en el apartamento del joven. Silvia se sentó en un sillón, se sentía más tranquila. Lucas se dirigió a la cocina y comprobó lo que le había dejado de cena la asistenta. Ensalada que lo podían completar con fiambres. Volvió al salón y le pidió a Silvia que le diese unos minutos para cambiarse.
Salió en breves minutos, vestido con una bata y debajo el pijama, La muchacha advirtió como  era capaz de moverse a bordo del andador o de sus muletas por la casa casi volando.
Silvia con una mirada de agradecimiento, le pidió.
¿Me dejas tu cuarto de baño un momento?
La lógica respuesta no se hizo esperar.
Por supuesto.
Silvia salió con el rostro desmaquillado, descalza y con una chaqueta de pijama de Lucas. El la contempló alegremente y con una dulzura salida de su interior.
La dijo.
Esta preciosa con mi chaqueta de pijama.
Tonto. Me he aplicado una crema tuya, como sucedáneo de una hidratante, en mi descompuesta cara, lo de la chaqueta ha sido la solución perfecta. Lamento no estar demasiado sexi.
Me encantas.
Tú qué me quieres y me mimas demasiado. Fue la respuesta agradecida de la joven.
Lucas no había presenciado el reconocimiento del forense, pero advirtió entre la chaqueta medio abierta del pijama que se había puesto , diversos moratones en el pecho.
Se levantó y no pudo contenerse, la desabotonó el pijama y vio como su hermoso cuerpo era un hematoma.
Abrazándola con ternura la prometió que lo que la había hecho Luis su marido no quedaría así.
Silvia sollozaba, partiéndole el alma, la abotonó el pijama, diciendo vamos a cenar, nos hace falta, mientras que la enjugaba las lágrimas.
Cenaron esta vez con apetito, debido al hambre contenida. Silvia recogió la mesa, mientras Lucas la advertía que lo haría en la mañana la asistenta. Sonriendo, le respondió.
Oyes que estoy amoratada pero no inválida.
Mientras observaba como Lucas tendía una sabana y se apresuraba a costarse en el sofá.
¿Qué haces?
Dormiré en el sofá.
Silvia entonces con asombro sincero. Le espetó.
De ninguna forma dormirás ahí y menos por mi culpa.
La cama es grande y nosotros lo bastante adultos para respetarnos.
Abrazada a Lucas entraron en un sueño reparador.
A la mañana siguiente Silvia le diría.
Gracias por cuidarme y sobre todo por haberme sabido respetar como mujer.

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